En septiembre de 2004, el paso
del huracán Iván por las Islas Caimán, destruyó su arrecife de
coral afectando el sistema ecológico marino. Un año después,
un grupo de buceadores de varios países del mundo, entre ellos
un venezolano, fueron invitados a trabajar en su
reconstrucción en la isla mayor, Gran Caimán, el proyecto,
bajo
la supervisión del Dr. Lee Harrys y de Todd Barber, creadores
del sistema Reef Ball, y
del biólogo John Walch, líder del Coral
Teamy
fue financiado por el gobierno de la dependencia
británica.
Henry Arismendi, “el guácharo”
para sus amigos, es el único venezolano, y hasta
donde sabemos el primer latinoamericano invitado a participar
en éste proyecto,TSU en administración, experto en
computación, instructor de buceo y amante de la naturaleza, se
dedica desde hace más de diez años al submarinismo, formó
parte del primer proyecto ecológico del país: la colocación de
boyas de amarre ecológicas en el Archipiélago Los Roques. Un
trabajo conjunto entre España (Agencia Internacional de
Cooperación Española), Estados Unidos (Environmental Mooring
Int.) y Venezuela, desde el 2004 representa a nuestro país en
la Coral Reef Alliance.
Éste enamorado de la ecología nos cuenta con emoción
su vivencia al formar
parte de ésta aventura.
El equipo de trabajo de restauración del
ecosistema marino de Gran Caiman fue conformado por un grupo
multidisciplinario de profesionales de distintas
nacionalidades, la mayoría de Norteamerica,Turk & Caicos,
Inglaterra,
India, Bélgica y Venezuela, la compañera de Bélgica, ya
había estado en la construcción del arrecife del hotel Burj Al
Arab en Dubai, Emiratos Árabes, significó una experiencia
excepcional, compartir con gente de tanto nivel de
conocimiento, los unió el lenguaje universal de la
conservación del ambiente y el amor por los
mares.
Ante la inquietud de saber si
había quedado constancia del trabajo realizado, nos contó que
un equipo de filmación de la BBC de Londres había grabado
todas las actividades que serían transmitidas por Discovery
Travel & Adventure en un programa llamado Jewels of the
Caribbean.” El mar nos regaló la mejor de las condiciones
climáticas y tuvimos bajo el agua visibilidad ilimitada y
excelente temperatura. El agua era tan clara que a no ser por
las burbujas de los otros buzos podrías jurar que estabas
flotando en el aire “ nos dice con una alegría que no
oculta.
Luego, con fotos como testigo de
la experiencia vivida nos explica con orgullo el transcurrir
del trabajo:
Durante 10 días estuvimos en el agua de 9 am a 5 pm,
la
reconstrucción se realizó en varias etapas: primero había que
identificar las cinco variedades de coral del lado de la isla
que no fue afectada, desprenderlas y llevarlas bajo el agua,
en cestas hasta
el sitio de la reconstrucción para separar los fragmentos por
especie, los corales como organismos vivos compiten unos con
otros y no crecerían al colocar juntos diferentes tipos
Teníamos preparada una mesa de trabajo en
donde el reto era colocar cada fragmento en recipientes con un
material especial y devolverlos al agua en 20 segundos, tiempo
en que tarda en fraguar la mezcla, una vez recolectadas
100
a 200 piezas, eran ancladas bajo el agua
utilizando herramientas hidráulicas sumergibles
Cuando le
preguntamos si en medio de tantas vivencias había tenido algún
momento en especial, respondió inmediatamente con un ¡SI! ,
sin poder ocultar la sonrisa de alegría que se escapaba de su
rostro:
El último día mientras nos
acercábamos a uno de los lugares de trabajo, notamos una
mancha de color
violeta en el agua, el significado inequívoco: una familia de
peces sargento había desovado en una de las estructuras
ancladas bajo el
agua...habían estrenado su nueva casa , fue un gran momento
para todos nosotros, comprender como la madre naturaleza
reclamaba la necesidad de la barrera de coral en que estábamos
trabajando y de alguna manera lo agradecía. Nos retiramos
inmediatamente”.
Sobre la situación de nuestro
país, nos cuenta que están a la espera de dar inicio a la
restauración del arrecife de los Totumos. En el año 2002 la
comunidad le solicitó investigar que estaba ocurriendo con el
arrecife de coral que estaba frente a éste Balneario de
Higuerote, que ya no protegía como antes y el mar arrasaba con
la playa.
Con preocupación explica “al hacer la
inmersión en aguas bastante turbias, conseguí un arrecife
debilitado que estaba desapareciendo. Estudios posteriores y
el análisis de sedimentación indicaron que la gran cantidad de
partículas en suspensión, las secuelas por 2 grandes derrames
de combustible y en mayor grado por los turistas que no cuidan el ambiente,
fueron agrediendo la zona haciendo desaparecer el mangle y la
barrera de coral que protegía la playa.
El mayor reto que enfrenta: conseguir fondos
para el mantenimiento de los voluntarios.
Henry Arismendi, un venezolano, ejemplo de
juventudes nos despide con la sonrisa del deber cumplido,
después de regalarnos una vivencia digna de darse a conocer.
Espera con ilusión el momento del reencuentro en Gran Caiman
con sus compañeros de aventura para constatar los
resultados del trabajo. En quince semanas ya se sabrá que la
reconstrucción de la barrera de coral fué un
éxito.
Un
guácharo venezolano, cuida al Gran Caiman